Comprar por impulso y sin medida productos que no necesitas puede llevarte a la ruina; si no puedes controlar tus deseos de consumo, distrae tu mente en otras actividades o busca ayuda.
Comprar uno o dos pares de zapatos porque te gustaron demasiado no es algo grave, pero comprar cinco pares cuando tienes en casa otros 40 sin usar puede ser preocupante.
Si sueles hacer compras innecesarias, que rebasan tu presupuesto y tu nivel de ingresos , y tienes abultadas deudas, quizá seas un comprador compulsivo y tu economía puede estar en riesgo.
Este comportamiento se vuelve patológico cuando las compras superan cinco ocasiones al mes. Las personas que tienen estas conductas recurren a empeñar, sobregirar sus tarjetas de crédito, sacrificar el gasto familiar y hasta poner en riesgo su relación de pareja, familiar, laboral y de amistad.
Son personas que obtienen créditos para seguir comprando, piden préstamos familiares, compran a meses sin intereses sin pensar en cómo pagarán esa cantidad, pues solo desean satisfacer su deseo de compra.
Este comportamiento puede crecer o empeorar como una “bola de nieve”. Los compradores compulsivos, como las personas que padecen alguna adicción, caen en la cuenta de que lo que han comprado los dejó sin dinero o no era necesario y entran en depresión o estrés de nuevo.
El problema es que para sentirse mejor vuelven a comprar. Es caer en un círculo vicioso del que se vuelve difícil salir y genera adicción.
Este trastorno puede afectar más a las mujeres que a los hombres, ya que ellas son más emocionales. “Las mujeres son más propensas a caer en depresión y siempre hay una mayor competencia entre el género femenino, quieren tener más o mejores artículos”.
Los compradores compulsivos son incapaces de ahorrar. Cualquier bono, aguinaldo o dinero que llegue a sus manos tiene un destino inmediato.
Por estas razones te aconsejamos:
1. Planea tus compras
Haz una lista de lo que comprarás. Toma conciencia y reflexiona sobre lo que verdaderamente necesitas.
2. No compres cuando estés triste
Seguramente has escuchado que cuando las personas están tristes compran para consentirse o reconfortarse.
3. Sal acompañado
Recuerda que no estás solo, un amigo o familiar puede ser tu respaldo. Pide a alguien de tu confianza que te acompañarte cuando vayas de compras. Su misión será vigilar tus compras y limitarte en caso de ser necesario.
4. Destina un presupuesto específico
Si sales de compras lleva solo en efectivo la cantidad que hayas destinado para comprar. Deja las tarjetas de crédito en casa.
5. Detecta si tienes una conducta acumuladora
Los compradores compulsivos, compran muchos productos de una misma categoría y no se deshacen de ellos: los conservan. Pueden caer en compras irracionales y sin sentido.
6. Busca ayuda
Si las compras han puesto en números rojos tus ingresos, busca ayuda profesional de un psicólogo o terapeuta. Un especialista te ayudará a saber qué es lo que te hace falta, cómo está constituido tu círculo social, familiar y de pareja y cómo enfrentar esas carencias.